254 millones de euros y dos meses de trabajo dan para ver lo que vimos ayer, es decir, una pegada descomunal por parte de un equipo que empieza a hacer las cosas como debe.
Es cierto, la ilusión y el juego han regresado a la casa blanca y muestra de ello lo tenemos en el partido de ayer al que si se le pudo poner algun pero ese fue la mediocridad de un rival que no estuvo a la altura de las circunstancias y que en ningún momento supo poner frente a la gran ofensiva planteda por Pellegrini en una noche de homeajes. El primero se lo llevó Michel Salgado en su despedida como jugador merengue después de 10 temporadas ante 80.000 personas que ovacionaron sus horas de lucha y entrega y que prvocaron la correspondiente emoción en un jugador que sabe lo que es sentir y sufrir ese escudo; y segundo el que dió el equipo al Bernabéu que por fin se ilusiona con un estilo que se identifica con el juego formidable y efectivo propio de un grande que aspira a todo.
Y lo bueno es que en un ambiente de tanta competencia todos mejoran y ejemplo de esto fue Lass que revolucionó el centro del campo y que marcó el segundo gol con un potente tiró cruzado por la escuadra dejando con la boca abierta a todo el campo. El primero y el trcero fueron obra del fenómeno Karim cuyo segundo gol al más puro estilo Ronaldo dejó claras evidencias del futbolista que es y de los recursos que como delantero tiene y al que muy pocos pueden hacer sombra. Por su parte la nueva defensa aportó lo que urgía en la zaga blanca, seguridad.
La ausencia de Sergio Ramos en la banda derecha quedó eclipsada por la gran actuación de Arbeloa cuya presencia también se dejó notar en el ataque con un palo y nuemorosos centros que pusieron el "huy!" en la grada. El gris partido del capitán cambió de color en el 54' con un cabezazo en el palo corto que significó el cuarto gol. El medio campo fue de Lass y del oxígeno que inyecta Xabi Alonso y que necesitaba el Madrid hace mucho. La fiesta continuó con la reaparición después de diez meses de Van Nistelrooy y Diarrá, y pudo ser redonda si Cristiano y Kaká se hubieran encontrado más cómodos, aunque tiempo hay para eso.
Este nuevo Madrid promete ser mucho más competente y dar más juego en la mejor liga del mundo que ya está a punto de empezar.
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