Ya está aquí. Kaká llega a Madrid con un saco lleno de esperanzas y objetivos y más después de haberse proclamado el mejor jugador de la Confederaciones.
Como él mismo ha dicho, "Nunca vi una presentación igual, fue un día inolvidable" y añadió "Florentino me llamó y me habló de un proyecto, nunca de nombres"
Y es que las citas importantes llenan estadios y eso es lo que pasó ayer con el jugador brasileño al que 60.000, que se dicen pronto, acogieron con una ceremonia digna del Imperio Florentino.
Su recevimiento es una elocuente respuesta de lo que la afición espera de él.
Como él mismo ha dicho, "Nunca vi una presentación igual, fue un día inolvidable" y añadió "Florentino me llamó y me habló de un proyecto, nunca de nombres"
Y es que las citas importantes llenan estadios y eso es lo que pasó ayer con el jugador brasileño al que 60.000, que se dicen pronto, acogieron con una ceremonia digna del Imperio Florentino.
Su recevimiento es una elocuente respuesta de lo que la afición espera de él.
Hoy nadie piensa en si este responderá o no, simplemente que Kaká, cuyas camisetas se venden más que el pan, ya es jugador de un Real Madrid que está recobrando la ilusión a golpe de talonario y ceremonias a lo Hollywood que sin duda deja con la boca a medio mundo.
El nuevo ídolo madridista (hasta nuevas presentaciones claro) lleva el 8 y se llama Ricardo Kaká.
Alfredo Andreu, 1 Julio
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